10 tecnologías peligrosas que no deberían crearse
Estamos viviendo tiempos increíbles, en los que la tecnología avanza cada vez más y comienza a permear cada aspecto de la vida moderna. Sin embargo, de forma simultánea al fantástico potencial que presenta la tecnología, también aparece su nefasto potencial para el terror.
No hablamos de tecnologías que son creadas para fines maléficos, como las cámaras de gas y todas esas herramientas de tortura del medioevo, sino de las tecnologías esencialmente neutrales que pueden ser empleadas tanto para el bien, como para el mal – y que ciertamente pueden resultar muy peligrosas si caen en las manos equivocadas.
Pero de caer en manos de algún inepto que olvide o que no sepa como detener el crecimiento de estas nanomáquinas, o de algún individuo con malas intenciones que decida liberar a propósito los nanorobots sin restricción de crecimiento, el planeta entero podría ser devorado.
Podríamos terminar con un planeta cubierto por una superficie gris compuesta de nanomaquinas que se reprodujeron hasta consumir toda la biosfera, una catástrofe conocida como ecofagia.
En 2003, el filósofo Thomas Metzinger señaló que nadie estaría de acuerdo con criar a un niño retardado para experimentos científicos, pero que una máquina con conciencia simple, pese a que sea equivalente, no despierta ningún tipo de empatía u objeción moral y ética.
Louie Helm, un futurólogo, concuerda y señala que fabricar una máquina con inteligencia artificial que sea esclava es algo cruel. Además, es inmoral hacer que este esclavo tenga alguna consciencia. Sin contar con que un error de programación podría producir el equivalente a una computadora con Síndrome de Down, esquizofrenia, autismo o epilepsia.
Si aún no te convences, trata de imaginar a un robot esclavo que no sabe que es esclavo, sufre por ser esclavo, pero no puede liberarse.
Es mejor encontrar una forma de esclavizar la inteligencia artificial en las Tres Leyes de la Robótica de Isaac Asimov antes de completar su desarrollo.
Quizá este sea un indicio de que en el futuro seremos un poco más sabios, ya que un viaje en el tiempo puede ser una locura tremenda. El problema sería manejar las líneas de tiempo contaminadas, por ejemplo, alguien que explique y convenza a Napoleón de no atacar Rusia, o alguien que mate a Hitler en alguna trinchera de la Primera Guerra Mundial.
Las paradojas que pueden surgir de cambios tan drásticos en eventos históricos tan importantes son incalculables y, en realidad, podría ser que no tengamos como discernir un evento importante de otro no importante. A final de cuentas, ¿la Primera Guerra Mundial comenzó con el asesinado del Archiduque Francisco Fernando de Austria?, o ¿quizá fue algo más trivial, como alguien que se despertó un día con el pie izquierdo y acabó diciendo algo que no debía, generando una cadena de eventos que acabó en el asesinato?
En el último año, por ejemplo, científicos holandeses lograron reconstruir la actividad cerebral al punto de recuperar, con detalles, lo que una persona estaba viendo, pensando y recordando. Un régimen totalitario podría valerse de esto para crear una ley sobre “crímenes de pensamiento”.
Los primeros pasos ya se han dado: no hace mucho que los científicos lograron hacer que dos personas entraran en comunicación cerebro a cerebro, a través de Internet. Ahora imagina a un gobierno paranoico o a un hacker con malas intenciones, modificando los recuerdos y las acciones de las personas conectadas a Internet. Sembrarían en nosotros la idea de que Peña Nieto es inteligente.
El mayor problema no estaría en los errores de identificación que terminarían en “fuego amigo” o con la muerte de civiles inocentes, sino en una carrera armamentista por el más poderoso ejército de robots. Hasta cierto punto, los robots serían tan poderosos que no podríamos enfrentarlos. Si se hicieran con el control, sería nuestro fin – la esclavitud o la muerte.
En 2005 se creó polémica relacionada con el programa de mapeo de genes de seres vivos, particularmente con la publicación de los genes de virus mortales. Hoy, el virus de la viruela está atrapado en tubos de ensayo en alguna cámara congelada por allí. Pero imaginen que alguien publicara el código genético del mismo. Básicamente, cualquiera con el conocimiento suficiente podría hacer resurgir esta enfermedad.
El virus también podría ser modificado para volverse más letal, o diferentes virus podrían ser combinados para crear una variante aún más mortífera.
Penas absurdas podrían comprimirse en horas o días, incluso si la persona que cumplió la pena haya sentido todo ese tiempo pasar. Imagina a un asesino en serie condenado a 300 años de prisión hoy, y que mañana mismo cumpliera su condena. La perspectiva es enloquecedora.
Pero, así como es posible crear un mundo virtual paradisiaco, también sería posible crear un mundo virtual infernal. Con la perspectiva de la inmortalidad o de la longevidad “pérdida en el horizonte”, quien estuviera en este infierno pasaría una mal rato, durante mucho tiempo.
No hablamos de tecnologías que son creadas para fines maléficos, como las cámaras de gas y todas esas herramientas de tortura del medioevo, sino de las tecnologías esencialmente neutrales que pueden ser empleadas tanto para el bien, como para el mal – y que ciertamente pueden resultar muy peligrosas si caen en las manos equivocadas.
1 – Armas nanotecnológicas.
La nanotecnología puede emplearse para fines benéficos. Por ejemplo, pequeños nanorobots auto replicantes y con capacidad de interferir en el ambiente podrían emplearse para limpiar nuestro atmosfera, acabar con la escasez e incluso modificar la biología humana.Pero de caer en manos de algún inepto que olvide o que no sepa como detener el crecimiento de estas nanomáquinas, o de algún individuo con malas intenciones que decida liberar a propósito los nanorobots sin restricción de crecimiento, el planeta entero podría ser devorado.
Podríamos terminar con un planeta cubierto por una superficie gris compuesta de nanomaquinas que se reprodujeron hasta consumir toda la biosfera, una catástrofe conocida como ecofagia.
2 – Máquinas con consciencia.
Prácticamente damos por hecho que algún día tendremos maquinas con algún tipo de conciencia artificial, pero este podría convertirse en un desarrollo aterrador, para la máquina.En 2003, el filósofo Thomas Metzinger señaló que nadie estaría de acuerdo con criar a un niño retardado para experimentos científicos, pero que una máquina con conciencia simple, pese a que sea equivalente, no despierta ningún tipo de empatía u objeción moral y ética.
Louie Helm, un futurólogo, concuerda y señala que fabricar una máquina con inteligencia artificial que sea esclava es algo cruel. Además, es inmoral hacer que este esclavo tenga alguna consciencia. Sin contar con que un error de programación podría producir el equivalente a una computadora con Síndrome de Down, esquizofrenia, autismo o epilepsia.
Si aún no te convences, trata de imaginar a un robot esclavo que no sabe que es esclavo, sufre por ser esclavo, pero no puede liberarse.
3 – Una súper inteligencia artificial.
Stephen Hawking ya advirtió que la creación de una inteligencia artificial puede convertirse en nuestro peor error. Un sistema más rápido y más experto que nosotros nos tendrá en la palma de su mano, y aun no hay como prever si una inteligencia artificial resultará amigable.Es mejor encontrar una forma de esclavizar la inteligencia artificial en las Tres Leyes de la Robótica de Isaac Asimov antes de completar su desarrollo.
4 – Viajes en el tiempo.
Puede que nunca lleguemos a desarrollar el viaje en el tiempo, después de todo, si lo hubiéramos creado en el futuro, ¿por qué no hemos sido visitados por viajeros del tiempo?Quizá este sea un indicio de que en el futuro seremos un poco más sabios, ya que un viaje en el tiempo puede ser una locura tremenda. El problema sería manejar las líneas de tiempo contaminadas, por ejemplo, alguien que explique y convenza a Napoleón de no atacar Rusia, o alguien que mate a Hitler en alguna trinchera de la Primera Guerra Mundial.
Las paradojas que pueden surgir de cambios tan drásticos en eventos históricos tan importantes son incalculables y, en realidad, podría ser que no tengamos como discernir un evento importante de otro no importante. A final de cuentas, ¿la Primera Guerra Mundial comenzó con el asesinado del Archiduque Francisco Fernando de Austria?, o ¿quizá fue algo más trivial, como alguien que se despertó un día con el pie izquierdo y acabó diciendo algo que no debía, generando una cadena de eventos que acabó en el asesinato?
5 – Dispositivos para leer la mente.
Ya existe la idea de crear un dispositivo que pueda leer nuestros recuerdos y la mente a distancia, sin ningún tipo de consentimiento. La llave es una conexión mayor a Internet y otros canales de comunicación.En el último año, por ejemplo, científicos holandeses lograron reconstruir la actividad cerebral al punto de recuperar, con detalles, lo que una persona estaba viendo, pensando y recordando. Un régimen totalitario podría valerse de esto para crear una ley sobre “crímenes de pensamiento”.
6 – Dispositivos para hackear el cerebro.
No sólo nuestra mente pudiera ser leída sin nuestro consentimiento, sino que también podría ser alterada y comandada. En el momento en que las personas llevaran chips implantados en el cerebro y no existieran barreras contra estos chips, serían vulnerables a Internet y a todo lo que pasa por ahí.Los primeros pasos ya se han dado: no hace mucho que los científicos lograron hacer que dos personas entraran en comunicación cerebro a cerebro, a través de Internet. Ahora imagina a un gobierno paranoico o a un hacker con malas intenciones, modificando los recuerdos y las acciones de las personas conectadas a Internet. Sembrarían en nosotros la idea de que Peña Nieto es inteligente.
7 – Robots diseñados para asesinar humanos.
Este es un punto con un potencial aterrador, al grado de ser un tema de discusión en la actualidad. Los robots asesinos no requieren de inteligencia humana para funcionar. Ya sean vehículos militares o soldados humanoides, automáticamente harían la identificación de los humanos enemigos y el paso siguiente sería la extinción.El mayor problema no estaría en los errores de identificación que terminarían en “fuego amigo” o con la muerte de civiles inocentes, sino en una carrera armamentista por el más poderoso ejército de robots. Hasta cierto punto, los robots serían tan poderosos que no podríamos enfrentarlos. Si se hicieran con el control, sería nuestro fin – la esclavitud o la muerte.
8 – Patógenos usados como armas.
En 2005 se creó polémica relacionada con el programa de mapeo de genes de seres vivos, particularmente con la publicación de los genes de virus mortales. Hoy, el virus de la viruela está atrapado en tubos de ensayo en alguna cámara congelada por allí. Pero imaginen que alguien publicara el código genético del mismo. Básicamente, cualquiera con el conocimiento suficiente podría hacer resurgir esta enfermedad.
El virus también podría ser modificado para volverse más letal, o diferentes virus podrían ser combinados para crear una variante aún más mortífera.
9 -Prisión y castigos virtuales.
Uno de los efectos colaterales de la virtualización del cerebro humano y del aumento radical de la expectativa de vida sería el surgimiento de penas crueles de prisión durante siglos. Esta pendra podría cumplirse rápidamente, si el cerebro fuera cargado a una computadora con un ambiente virtual.Penas absurdas podrían comprimirse en horas o días, incluso si la persona que cumplió la pena haya sentido todo ese tiempo pasar. Imagina a un asesino en serie condenado a 300 años de prisión hoy, y que mañana mismo cumpliera su condena. La perspectiva es enloquecedora.
1 -Ingeniería del infierno.
Esta tecnología sería parecida a la anterior. Las personas podrían hacer un “upload” de sus mentes a ambientes paradisiacos virtuales, y pasar un buen tiempo allí.Pero, así como es posible crear un mundo virtual paradisiaco, también sería posible crear un mundo virtual infernal. Con la perspectiva de la inmortalidad o de la longevidad “pérdida en el horizonte”, quien estuviera en este infierno pasaría una mal rato, durante mucho tiempo.
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