Secretos nazis recientemente descubiertos

El Bunker de Goebbels y la guardia de Hitler descubiertos en los 90.

Como un sarcasmo del destino, en 1998, mientras preparaban el terreno para emplazar un monumento conmemorativo del Holocausto, trabajadores de la construcción encontraron de pura casualidad el bunker de Joseph Goebbels. De alguna manera, el albergue sobrevivió a los ataques devastadores de las municiones al final de la guerra, fue sellado y luego simplemente olvidado. Goebbles, por si no lo conoces, fue el hombre que dirigió la campaña política del nazismo como Ministro de Propaganda y fue el más fuerte defensor del genocidio judío, por lo que enco
ntrar su fortaleza subterránea en el punto exacto dedicado a un homenaje a las víctimas del holocausto es algo por lo menos peculiar.

Pero no fue la primera vez que algo así ocurría. Ya habían descubierto otro bunker secreto en los 90. ¡Y todo gracias a Pink Floyd!

Bueh... en realidad, sólo a su bajista, Roger Waters. Resulta que, en 1990, Alemania quería celebrar su reunificación haciendo que Waters tocará su emblemática obra 'The Wall' en vivo en Berlín, en el punto exacto donde el famoso muro solía estar.

Waters hasta se vistió para la ocasión.

Pero antes de poder construir el escenario, tenían que barrer la zona de minas (no, no hablamos de groupies, sino de artefactos explosivos) ya que ese es el tipo de cosas que encontras en un área que dividió en dos al mundo durante treinta años. Durante la búsqueda de las municiones, los trabajadores accidentalmente encontraron el búnker secreto perteneciente a las "Leibstandarte SS Adolf Hitler", es decir, la División de guardaespaldas personal de Hitler. El reducto estaba lleno de cascos, algunas armas y enormes y complejos murales, porque Hitler era, ante todo, un artista.

Un puesto de observación Nazi en... ¡Canadá! (que recién descubrieron en 1981)

Canadá nunca fue como su sureño vecino y jamás se preocupó demasiado por esos litigios llamados "guerras". Evidencia de esto es que, cuando el domingo 10 de septiembre de 1939, declararon formalmente la guerra a Alemania (porque todos lo hacían, y ellos solamente querían ser populares), enviaron 16 tanques ligeros, 4 cañones antiaéreos y dos antitanques, lo que equivale a colaborar con un cumpleaños de 15 aportando dos sobrecitos de jugo Tang. Esta falta de armamento se debió a años de poca inversión económica por parte del gobierno a su ejército, debido al desinterés de su población por las acciones bélicas. El ejército regular canadiense estaba formado por un total aproximado de 5.000 soldados armados mediocremente, aunque bien entrenados.

Por estos motivos, grande fue la sorpresa cuando Canadá se enteró en los años 80 que los alemanes habían montado una expedición fuertemente armada en su país sin que nadie se diera cuenta.

En 1943, Alemania esperaba obtener una ventaja en los patrones climáticos originados en el oeste mediante el envío de un submarino para configurar una estación meteorológica automatizada en Terranova. Conocer los patrones del clima era una ventaja crucial para los aliados y los alemanes sabían que para poder enfrentarlos necesitarían poder predecir las tormentas. ¿Cuál fue el infalible y extraordinario método de camuflaje que utilizaron para disimular este equipo de un país enemigo a un océano de distancia durante 38 años? Lo etiquetaron todo con un cartel que decía "Servicio Meteorológico de Canadá", y listo el pollo, porque si en Canadá un cartel oficial dice algo, es así y no hay más vuelta que darle.

No fue hasta finales de los años 70 que un ingeniero jubilado se topó con la evidencia de su existencia mientras trabaja en un libro sobre (y te aseguro que esto no es joda)... ¡las estaciones meteorológicas nazis! A pesar de que el libro no le importó a nadie (y con justa razón), este descubrimiento único ciertamente lo hizo. Las autoridades canadienses encontraron la base en 1981, casi 40 años después de haber sido erigida. ¿Qué hicieron con ella? Terminó como una atracción principal en el Museo de la Guerra Canadiense (donde también guardan su arsenal más sofisticado, supongo ).

Una esvástica hecha de pinos en un bosque descubierta en 1992.

En 1992, un piloto de la recien reunificada Alemania realizaba un examen aéreo de los territorios de propiedad estatal, incluyendo las zonas rurales de la antigua RDA, cuando pensó que había realizado un salto temporal al pasado. Bueno, tampoco para tanto, pero lo cierto es que vio una clara cruz esvástica amarilla formada en un pinar en la remota zona rural de Zernikow del distrito de Uckermark, en el extremo norte del estado de Brandemburgo.

La esvástica del bosque fue un diseño formado con alerces cuidadosamente arreglados que cubría un área de 55 metros cuadrados. Se realizó en 1938 por encargo de un empresario que era un simpatizante nazi, con el objetivo de obsequiársela a Adolf Hitler en su 49.º cumpleaños, sembrando alerces en medio de un pinar.
Durante unas pocas semanas cada año, en otoño y primavera, el color de las hojas de los alerces cambiaba del verde al amarillo intenso, contrastando con el profundo verde del pinar, de modo que las hojas amarillas de los alerces formaban claramente la imagen del símbolo nazi. La corta duración del efecto visual, combinada con el hecho de que la imagen solo podía ser vista desde el aire, propició que la esvástica del bosque pasara desapercibida tras la caída del III Reich. La región de Brandemburgo quedó inserta dentro de la antigua Alemania Oriental, y la escasez de vuelos aéreos sobre el bosque de Zernikow causó que la imagen fuera ignorada durante el posterior gobierno comunista, pese a que el diseño cubría casi 60 metros cuadrados de terreno.

Las autoridades del Estado federado de Brandeburgo, preocupadas por el daño a la imagen de la región y la posibilidad que el área se convirtiese en un sitio de peregrinaciones neonazis, trataron de destruir el símbolo arrancando 43 de los 100 alerces en 1995, considerando además que la legislación penal alemana prohíbe la exhibición de símbolos nazis en lugares públicos. La figura siguió siendo no obstante distinguible con los 57 árboles restantes y, en 2000, varios periódicos alemanes publicaron más fotos aéreas de la esvástica.

Para entonces la propiedad de aproximadamente la mitad del área en la que se encontraban los árboles había sido vendida a manos privadas, pero las autoridades locales obtuvieron permiso para derribar 25 árboles más en la zona aún bajo su control en diciembre de 2000, logrando así ocultar la imagen en gran medida.

Pero esto fue sólo el principio, ya que en septiembre de 2006, el New York Times informó acerca de otra esvástica en un bosque en Eki Naryn, al pie del Himalaya. Es de 200 metros, aunque la figura no se aprecia tan claramente como la del bosque de Zernikow.

"Lo que más me gusta de mi casa es el paisaje. Me ayuda a olvidar los horrores de la guerra".

Un campo de batalla que se mantuvo intacto hasta 2010

Una de las actividades inmediatas de la posguerra es, antes de reconstruir ciudades para que la vida pueda continuar, limpiar lso escombros y cadáveres que han quedado esparcidos. Pero ¿qué pasa con las grandes batallas que se lucharon en el medio de la nada? Los animales salvajes que viven por allí no van a limpiar del terreno los morteros y casquillos de bala. En esos casos, el campo de batalla a veces puede momificarse y quedar asentado como una escalofriante exhibición de museo demasiado realista.

Tal fue el caso de Eora Creek, el sitio de uno de los peores enfrentamientos entre soldados australianos y japoneses, en lo profundo de las selvas de Papúa Nueva Guinea. Brian Freeman, un ex capitán del ejército australiano y excursionista, estaba investigando los diarios de la época de la Segunda Guerra Mundial y sus respectivos mapas en 2010 cuando encontró referencias a una batalla a gran escala en una remota región de Papúa Nueva Guinea, en la cual 79 soldados australianos murieron y otros 145 resultaron heridos. Con la esperanza de encontrar algunos restos de la presencia de las tropas, Freeman se dirigió al lugar, sólo para descubrir que nadie había puesto un pie allí ni alterado nada desde que la última bala fue disparada en 1942. Casquillos de municiones, cantimploras, cascos y restos de cuerpos esparcidos por la jungla, incluyendo un cuerpo todavía apoyado contra un árbol, permanecían intactos en la zona.

¿Cómo fue posible esto? El sitio de la batalla está a unos 60 kilómetros de la ruta a través de la selva, un lugar bastante inhóspito como para ir de excursión casualmente. La única población que hay por el lugar son los indígenas del pueblo Alola, quienes estaban al tanto del campo de batalla, pero no querían acercarse a él, en parte por un respetuoso temor a los espíritus de los soldados muertos, pero por sobre todo porque no son tan estúpidos como para hurgar un área con minas y granadas esparcidas por todas partes.

Fotos del régimen nazi... a todo color.

En 2009, una fotografía borrosa apareció en una casa de subastas en Inglaterra. La imagen no mostraba nada especial, sólo un grupo de soldados a más de 20 metros de distancia ocultos por arbustos. No sería nada relevante sino fuera porque es la única imagen a color de uno de los momentos más importantes de la historia moderna: la rendición del ejército alemán ante los Aliados.

Para darse una idea de la rareza de este documento, ni siquiera el Museo Imperial de Guerra en Londres tiene una fotografía en color de la ocasión. Al parecer, Ronald Playforth, que era un subalterno del mariscal de campo Bernard Montgomery (el tipo que estaba aceptando la rendición), tomó la foto desde los arbustos clandestinamente y luego la escondió durante 64 años, sin decirle nada a nadie, excepto a su familia. No fue hasta 2009 cuando su parentela finalmente decidió compartir la foto con el mundo, o mejor dicho, venderla al mejor postor.

Ah, y no fue la única foto a color de esa época que apareció mucho después de la guerra. Hugo Jaeger, uno de los fotógrafos personales de Hitler, tomó miles de fotografías durante su tiempo con el Führer. La diferencia fue que era uno de los pocos fotógrafos que utilizaba regularmente películas a color en ese momento. Al final de la guerra, Jaeger ocultó sus fotografías cerca de Munich y no las mostró a nadie hasta 1965, cuando las vendió a la revista Life. En 2009 se publicaron en una galería on-line. A pesar de todas las imágenes y fotografías que existen de Hitler y la esvástica adornado Alemania, todavía resulta impactante verlas a color, ya que hace parecer esos días mucho más cercanos.

Un mensaje cifrado Súper Secreto en la pata de una paloma... ¡encontrado el año pasado!

En noviembre de 2012, el inglés David Martín de Surrey descubrió el esqueleto de una paloma en su chimenea. No es algo raro, ya que los pájaros terminan atrapados en chimeneas todo el tiempo, porque son estúpidos. Pero este esqueleto tenía una pequeña cápsula roja unida a su pata.

En el interior había un mensaje codificado de la Segunda Guerra Mundial que había sido sellado 70 años atrás. La carta contenía 27 grupos de 5 letras y fue firmado por un tal sargento W. Stott. Después de que David Martin contactó a los medios de comunicación locales, el Centro Gubernamental de Comunicaciones tomó parte en la decodificación de lo que probablemente fuera uno de sus propios códigos ... y fracasaron miserablemente. En serio, ni siquiera estuvieron cerca de resolverlo. Después de varias semanas, no habían hecho ningún progreso y los medios de comunicación afirmaron que el código era irrompible.

Pero en diciembre de ese mismo año, el canadiense Gordon Young afirmó que habia descifrado el código parcialmente. Mediante un libro de códigos de la Primera Guerra Mundial, Young descifró algunas partes del mensaje en menos de 20 minutos. Según él, lo que se lee es lo siguiente:

"Batería de reserva aquí. Ya conozco la sede de los ingenieros eléctricos. Tropas, panzers, baterías, ingenieros, aquí."

El sargento Stott resultó ser un paracaidista de 27 años que había caído en Normandía detrás de las líneas enemigas para evaluar el tamaño del Ejército alemán en la zona.Según Young, el resto del código puede ser irresoluble, o posiblemente falso para despistar a los ojos enemigos en caso de ser interceptado.