Los 10 sicarios de la mafia más mortales en la historia
En ocasiones, incluso la mafia necesita una ayuda extra. Cuando las cosas se ensucian, cualquier organización criminal que se precie tiene un despiadado y trastornado equipo de limpieza de asesinos a sueldo a la espera. Ya sea que necesiten enviar un mensaje violento o golpear levemente a un rival con repercusiones mínimas, la mafia puede contar con cualquier número de estos profesionales de sangre fría. Estos asesinos a sueldo son la pesadilla de un oficial de la ley, y los casos de estudio para expertos en justicia penal.
Es una profesión extraña, matar para vivir. Los requisitos para la carrera incluyen crueldad, agresión, y un helado sentido de desapego emocional. Y si los casos que siguen presentan precisamente estas características, algún tipo de desequilibrio psicológico probablemente también ayude. Los asesinos infames de esta lista ejercían su oficio con tanto fervor y dedicación que podría haberles hecho ganar un apretón de manos y una medalla de oro en sus respectivas disciplinas. Siga leyendo para conocer a los sicarios de la mafia más peligrosos de la historia.
Abe Reles era un asesino nato. Un hombre violento e impredecible y de los primeros miembros de la encantadoramente llamada Murder, Inc. Este hombre fue un notorio “brazo ejecutor” de la mafia estadounidense y judía, se estima que había asesinado a unas 1,000 personas durante los años 1930 y parte de los 40s.
Reles era conocido por usar un picahielo en sus víctimas, mismo que clavaba en sus cerebros a través de sus oídos. Incluso en su día a día era un tipo inestable y en ocasiones atacaba a personas inocentes; en cierta ocasión mató a un empleado de valet parking por no traer su vehículo lo suficientemente rápido.
Este notorio asesino fue arrestado en 1940, pero a pesar de estar implicado en “decenas” de homicidios, fue capaz de zafarse de la pena de muerte por delatar a su jefe Louis Buchalter y otros miembros clave de Murder, Inc.
Ser un chivato no funcionó nada bien para Reles, él fue encontrado muerto en la acera afuera de su habitación de hotel el 12 de noviembre de 1941. La prensa lo llamó “el canario que podía cantar, pero no podía volar.”
“Sammy Bull” Gravano fue otra rata de la mafia que evadió la justicia por delatar a sus colegas. Nacido en Brooklyn, Nueva York en 1945, Gravano se fue haciendo camino en el crimen organizado pasando de ser un ladrón de poca monta y un peleador callejero a convertirse en el protegido del jefe del crimen Joe Colombo a finales de la década de 1960.
Bajo la guía de su mentor, el criminal de sangre fría cometió una serie de asesinatos, lo que le valió respeto y aprobación. Con el tiempo, los problemas surgieron con otro mafioso de Colombo y a Gravano se le permitió abandonar la familia para evitar cualquier conflicto.
Continuando con su existencia terrenal, Gravano se unió a la familia del crimen de Gambino. Y además de dar este paso en su carrera, también logró una influencia significativa, se convirtió en un multimillonario, a través de la construcción y de los intereses comerciales de transporte por carretera. Gravano alcanzado el estatus de subjefe trabajando para el jefe de la familia Gambino, John “el Teflon Don” Gotti.
Luego, después de haber sido detenido junto con Gotti en diciembre de 1990, Gravano se convirtió en un soplón y aventó a su jefe a los tiburones. A pesar de la participación de Gravano en al menos 19 asesinatos, en 1994 el Estado lo condenó a sólo cinco años de prisión. Y debido a que ya había servido cuatro de ellos, su sentencia fue ir a la cárcel sólo un año.
Sam DeStefano trabajó para el sindicato del crimen de Chicago, el Chicago Outfit, y fue uno de sus ejecutores más temidos y brutales. Comenzó su carrera como delincuente de poca monta, hasta que DeStefano se convirtió en miembro de Chicago’s Forty-Two Gang en 1930. Y más tarde, en 1950, se convirtió en uno de los tiburones de la ciudad.
Este gángster solía prestar dinero a clientes vulnerables, como los adictos a las drogas. Cuando no pagaban a tiempo, los llevaba a su habitación insonorizada en el sótano de su casa y sádicamente los torturaba hasta la muerte. Solía matar a clientes que le debía dinero simplemente para asustar al resto y que le pagaran. Y de acuerdo con otros delincuentes, solía echar espuma por la boca mientras estaba torturando a sus víctimas.
La caída de DeStefano se produjo en 1973, cuando él y dos socios fueron detenidos por un asesinato cometido hacia 10 años. Preocupado por el circo mediático que lo rodeaba y la posibilidad de que podría convertirse en un informante, sus asociados le emboscaron y le dispararon antes de que pudiera ser llevado ante la justicia.
Frank Abbandando era un despiadado asesino a sueldo de Nueva York, se cree que fue responsable de unos 30 asesinatos. Abbandando mataba a la mayoría de sus víctimas po arma blanca en el pecho, solía utilizar un pica hielo, aunque en ocasiones también se valía de un cuchillo de carnicero. Para completar su portafolio criminal, “The Dasher” también fue un depredador sexual y presunto violador.
Al igual que Abe “Kid Twist” Reles, Abbandando era un miembro fundador del núcleo Murder, Inc. Planeó y participó en uno de los crímenes más notorios de la banda: el asesinato de los hermanos Shapiro, uno de los cuales fue enterrado vivo.
Abbandando fue detenido en mayo de 1940. A lo largo del juicio estaba confiado en que sus socios fijarían el caso a su favor. En un momento, incluso le susurró una amenaza al oído al juez que presidia. Pero, para sorpresa de Abbandando, gracias al testimonio de uno se sus socios convertido en soplón, Abe Reles, fue condenado a muerte en la silla eléctrica y ejecutado en febrero de 1942.
Un asesino bien organizado y sin remordimientos, “Pittsburgh Phil” a menudo llevaba una pistola y un picahielo en su maleta, junto con una muda de ropa y una cuerda larga. Y cuando daba un golpe, a veces torturaban a sus víctimas envolviendo una cuerda alrededor de su cabeza y el cuello, de modo que cualquier movimiento podría cortar su suministro de oxígeno.
Curiosamente, a pesar de su apodo, este asesino era un nativo de Brooklyn, que nunca había visitado Pittsburgh. Strauss fue detenido 18 veces, pero nunca fue condenado, hasta la caída de Murder, Inc. en 1940. Durante el juicio, su intento de declarase loco fracasó, y fue ejecutado el 12 de junio de 1941 por electrocución.
Thomas Pitera fue un asesino a sueldo de la familia criminal Bonanno en la década de 1980. Se dice que de niño sufrió de acoso, lo que puede explicar, al menos en parte, su obsesión con las artes marciales y su comportamiento violento y sádico. Bien conocido por sus habilidades de combate, a Pitera se le dio el apodo de “Tommy Karate”.
Sorprendentemente, se cree que Pitera había llevado a cabo al menos 60 asesinatos durante su carrera con la mafia. Tomándose con placer su trabajo, a menudo desmembraba a sus víctimas después de matarlas y las enterraba con cautela en bolsas plásticas o maletas, siempre los enterraba lo suficientemente profundo como para evitar que los perros de la policía encontraran los cadáveres.
Con su equipo, Pitera frecuentemente robaba y asesinaba narcotraficantes para revender sus productos. También le gustaba mantener trofeos como la joyería, que es una característica clásica de los trastornados asesinos en serie y que lo distingue mucho de la “etiqueta” de la mafia.
Pitera fue acusado en 1990 por dirigir una operación de tráfico de drogas y por su participación en varios asesinatos. Los intentos del sicario para conseguir una reducción de la pena hasta ahora han sido en vano, y en la actualidad todavía está cumpliendo una sentencia de cadena perpetua en el Complejo Federal de Corrección en Allenwood, Pensilvania.
Joseph Barboza nació en New Bedford, Massachusetts en 1932. Nacido de inmigrantes portugueses, fue también un chef experto y era bien conocido por su auténtica cocina portuguesa. Incluso se graduó como chef y era un maestro en cocina francesa. Pero a sus veinticinco años, Barboza estaba fuertemente involucrado con la mafia de Nueva Inglaterra, realizaba asesinatos por encargo para la familia Patriarca.
Barboza se ganó su apodo de “El Animal” en un altercado que suena como una escena de Goodfellas. Mientras estaba bebiendo una noche, un anciano que no apreciaba su comportamiento crudo lo corrió del lugar. En represalia, Barboza le dio una palmada al hombre viejo en la cara. Tameleo Harry, un subjefe de la familia, le gritó a Barboza, diciendo: “Yo no quiero que vuelvas a darle una cachetada a ese hombre. Yo no quiero que toques a nadie con tus manos otra vez.” Así que Barboza mordió la oreja del hombre, y según algunas fuentes, masticó su mejilla también.
Barboza fue arrestado en 1966, pero al igual que muchos sicarios antes (y después) de él, La información que el “El Animal” podía proporcionar era más valiosa que su pellejo. Negociando su salida del apuro, Barboza fue capaz de escapar con una pena de prisión de un año por delatar a otros miembros de su organización.
Al final, el 11 de febrero de 1976, Barboza fue asesinado, a pesar de ser uno de los primeros criminales en utilizar el programa de protección de testigos. Fue asesinado por cuatro disparos de escopeta a corta distancia antes de que él tuviera la oportunidad de sacar su arma. Tal vez debería haber seguido en la cocina.
Roy DeMeo era el líder de la famosa organización DeMeo, una banda de asesinos a sueldo que mataba para la familia criminal Gambino. Entre 1973 y 1983, él y sus colaboradores asesinaron a entre 75 y 200 personas, principalmente a través del “método Gemini”, que DeMeo había desarrollado para disminuir el desorden de disponer de un cuerpo.
El equipo de DeMeo generalmente atraía a sus víctimas al Gemini Lounge, donde uno de los miembros (supuestamente casi siempre el propio DeMeo) podría disparar a la víctima en la cabeza con una pistola con silenciador y de inmediato envolver la herida con una toalla para detener el flujo de sangre. Después de eso, otro miembro de la pandilla apuñalaba a la víctima a través del corazón para reducir el flujo de sangre de la herida en la cabeza. Luego el cuerpo era colgado boca abajo en el baño para vaciar la sangre y más tarde desmembrado en lonas de plástico y enviado a Fountain Avenue Dump, en Brooklyn.
Este método tuvo tanto éxito que la mayoría de las víctimas del equipo nunca fueron encontradas. Sin embargo, en 1982, el FBI comenzó a sospechar sobre el número de personas que habían desaparecido en el salón Gemini y puso en marcha una investigación. Varios de los asociados de DeMeo fueron arrestados, y el asesino pasó sus últimos días en un estado de pánico constante, convencido de que él mismo sería asesinado – y tenía razón: su cuerpo fue encontrado en el maletero de un coche a finales de enero de 1983. Lo más probable es que fuera asesinado por miembros de su propia organización.
Giovanni Brusca es un ex miembro Mafia siciliana que una vez afirmó haber asesinado a unas 200 personas. Nacido en Sicilia en 1957, Brusca comenzó a trabajar como chofer para el jefe de la facción de la mafia Corleone cuando tenía 20 años de edad. Lo apodaron “El Cerdo” por su apariencia descuidada.
Uno de los actos más horribles de Brusca fue el secuestro del hijo de 11 años de edad de un miembro de la mafia convertido en informante, torturó al niño por más de dos años en un esfuerzo por que su compañero mafioso se retractara de su testimonio. El niño fue asesinado más tarde y sus restos fueron depositados en ácido sulfúrico.
En 1992 Brusca asesinó al magistrado Giovanni Falcone, quien había iniciado una despiadada cruzada contra la mafia, también mató a la esposa de Falcone y varios de sus guardaespaldas, esto finalmente condujo finalmente a la detención de “El Cerdo” en mayo de 1996. El asesino de la mafia logró obtener un mejor tratamiento al actuar como informante, lo que causó polémica en Italia, con muchos de los parientes de sus víctimas raccionado con indignación por la cooperación del gobierno con el delincuente. En las confesiones de Brusca alegó que el ex primer ministro Silvio Berlusconi pagó a la mafia para tener las cosas “en orden.”
Richard “The Iceman” Kuklinski es uno de los más prolíficos asesinos a sueldo que jamás hayan trabajado para la mafia. Después de haber quitado la vida por primera vez cuando tenía 13 años, afirmó haber cometido personalmente hasta 250 asesinatos.
El corpulento Kuklinski nació en un hogar abusivo en Jersey City, Nueva Jersey, en abril de 1935. Fue golpeado violentamente por su padre, quien supuestamente golpeó hasta la muerte a Florian Kuklinski, su hermano. Joseph Kuklinski el hermano mayor, también fue declarado culpable de violar y asesinar a una niña de 12 años de edad. Y Kuklinski mismo fue golpeado por su madre por haber fantaseado con matar a su padre.
Cuando era niño, Kuklinski asesinaba y torturaba sádicamente a los animales del vecindario como una forma de diversión, y sacaba su ira luchando y matando a los bullies locales. Trabajando como un asesino a sueldo para las familias del crimen en la década de 1950, acosaba y asesinaba a la gente que lo había ofendido para practicar sus habilidades y dominar su oficio. Kuklinski se ganó el apodo de “The Iceman”, porque a veces congelaba los cuerpos de sus víctimas para despistar a la policía que calculaban el tiempo que llevaban muertos.
El asesino de sangre fría fue finalmente detenido en 1986, basándose en el testimonio del agente encubierto Dominick Polifrone. Fue condenado a varias cadenas perpetuas consecutivas y murió en prisión en 2006, antes de que pudiera declarar contra el jefe del crimen Sammy Gravano.
Es una profesión extraña, matar para vivir. Los requisitos para la carrera incluyen crueldad, agresión, y un helado sentido de desapego emocional. Y si los casos que siguen presentan precisamente estas características, algún tipo de desequilibrio psicológico probablemente también ayude. Los asesinos infames de esta lista ejercían su oficio con tanto fervor y dedicación que podría haberles hecho ganar un apretón de manos y una medalla de oro en sus respectivas disciplinas. Siga leyendo para conocer a los sicarios de la mafia más peligrosos de la historia.
10. Abe “Kid Twist” Reles.
Abe Reles era un asesino nato. Un hombre violento e impredecible y de los primeros miembros de la encantadoramente llamada Murder, Inc. Este hombre fue un notorio “brazo ejecutor” de la mafia estadounidense y judía, se estima que había asesinado a unas 1,000 personas durante los años 1930 y parte de los 40s.
Reles era conocido por usar un picahielo en sus víctimas, mismo que clavaba en sus cerebros a través de sus oídos. Incluso en su día a día era un tipo inestable y en ocasiones atacaba a personas inocentes; en cierta ocasión mató a un empleado de valet parking por no traer su vehículo lo suficientemente rápido.
Este notorio asesino fue arrestado en 1940, pero a pesar de estar implicado en “decenas” de homicidios, fue capaz de zafarse de la pena de muerte por delatar a su jefe Louis Buchalter y otros miembros clave de Murder, Inc.
Ser un chivato no funcionó nada bien para Reles, él fue encontrado muerto en la acera afuera de su habitación de hotel el 12 de noviembre de 1941. La prensa lo llamó “el canario que podía cantar, pero no podía volar.”
9. Salvatore “Sammy Bull” Gravano.
“Sammy Bull” Gravano fue otra rata de la mafia que evadió la justicia por delatar a sus colegas. Nacido en Brooklyn, Nueva York en 1945, Gravano se fue haciendo camino en el crimen organizado pasando de ser un ladrón de poca monta y un peleador callejero a convertirse en el protegido del jefe del crimen Joe Colombo a finales de la década de 1960.
Bajo la guía de su mentor, el criminal de sangre fría cometió una serie de asesinatos, lo que le valió respeto y aprobación. Con el tiempo, los problemas surgieron con otro mafioso de Colombo y a Gravano se le permitió abandonar la familia para evitar cualquier conflicto.
Continuando con su existencia terrenal, Gravano se unió a la familia del crimen de Gambino. Y además de dar este paso en su carrera, también logró una influencia significativa, se convirtió en un multimillonario, a través de la construcción y de los intereses comerciales de transporte por carretera. Gravano alcanzado el estatus de subjefe trabajando para el jefe de la familia Gambino, John “el Teflon Don” Gotti.
Luego, después de haber sido detenido junto con Gotti en diciembre de 1990, Gravano se convirtió en un soplón y aventó a su jefe a los tiburones. A pesar de la participación de Gravano en al menos 19 asesinatos, en 1994 el Estado lo condenó a sólo cinco años de prisión. Y debido a que ya había servido cuatro de ellos, su sentencia fue ir a la cárcel sólo un año.
8. Sam “Mad Sam” DeStefano.
Sam DeStefano trabajó para el sindicato del crimen de Chicago, el Chicago Outfit, y fue uno de sus ejecutores más temidos y brutales. Comenzó su carrera como delincuente de poca monta, hasta que DeStefano se convirtió en miembro de Chicago’s Forty-Two Gang en 1930. Y más tarde, en 1950, se convirtió en uno de los tiburones de la ciudad.
Este gángster solía prestar dinero a clientes vulnerables, como los adictos a las drogas. Cuando no pagaban a tiempo, los llevaba a su habitación insonorizada en el sótano de su casa y sádicamente los torturaba hasta la muerte. Solía matar a clientes que le debía dinero simplemente para asustar al resto y que le pagaran. Y de acuerdo con otros delincuentes, solía echar espuma por la boca mientras estaba torturando a sus víctimas.
La caída de DeStefano se produjo en 1973, cuando él y dos socios fueron detenidos por un asesinato cometido hacia 10 años. Preocupado por el circo mediático que lo rodeaba y la posibilidad de que podría convertirse en un informante, sus asociados le emboscaron y le dispararon antes de que pudiera ser llevado ante la justicia.
7. Frank “The Dasher” Abbandando.
Frank Abbandando era un despiadado asesino a sueldo de Nueva York, se cree que fue responsable de unos 30 asesinatos. Abbandando mataba a la mayoría de sus víctimas po arma blanca en el pecho, solía utilizar un pica hielo, aunque en ocasiones también se valía de un cuchillo de carnicero. Para completar su portafolio criminal, “The Dasher” también fue un depredador sexual y presunto violador.
Al igual que Abe “Kid Twist” Reles, Abbandando era un miembro fundador del núcleo Murder, Inc. Planeó y participó en uno de los crímenes más notorios de la banda: el asesinato de los hermanos Shapiro, uno de los cuales fue enterrado vivo.
Abbandando fue detenido en mayo de 1940. A lo largo del juicio estaba confiado en que sus socios fijarían el caso a su favor. En un momento, incluso le susurró una amenaza al oído al juez que presidia. Pero, para sorpresa de Abbandando, gracias al testimonio de uno se sus socios convertido en soplón, Abe Reles, fue condenado a muerte en la silla eléctrica y ejecutado en febrero de 1942.
6. Harry “Pittsburgh Phil” Strauss.
Harry “Pittsburgh Phil” Strauss fue otro Murder Inc. incondicional y, al parecer, el miembro más violento de la organización, que ya es decir bastante. Se cree que Strauss había asesinado al menos a 30 personas durante su oscura carrera. De hecho, según algunos historiadores, la cifra se sitúa entre 50 y 100, posiblemente más, si otras fuentes tienen razón.Un asesino bien organizado y sin remordimientos, “Pittsburgh Phil” a menudo llevaba una pistola y un picahielo en su maleta, junto con una muda de ropa y una cuerda larga. Y cuando daba un golpe, a veces torturaban a sus víctimas envolviendo una cuerda alrededor de su cabeza y el cuello, de modo que cualquier movimiento podría cortar su suministro de oxígeno.
5. Thomas “Tommy Karate” Pitera.
Thomas Pitera fue un asesino a sueldo de la familia criminal Bonanno en la década de 1980. Se dice que de niño sufrió de acoso, lo que puede explicar, al menos en parte, su obsesión con las artes marciales y su comportamiento violento y sádico. Bien conocido por sus habilidades de combate, a Pitera se le dio el apodo de “Tommy Karate”.
Sorprendentemente, se cree que Pitera había llevado a cabo al menos 60 asesinatos durante su carrera con la mafia. Tomándose con placer su trabajo, a menudo desmembraba a sus víctimas después de matarlas y las enterraba con cautela en bolsas plásticas o maletas, siempre los enterraba lo suficientemente profundo como para evitar que los perros de la policía encontraran los cadáveres.
Con su equipo, Pitera frecuentemente robaba y asesinaba narcotraficantes para revender sus productos. También le gustaba mantener trofeos como la joyería, que es una característica clásica de los trastornados asesinos en serie y que lo distingue mucho de la “etiqueta” de la mafia.
Pitera fue acusado en 1990 por dirigir una operación de tráfico de drogas y por su participación en varios asesinatos. Los intentos del sicario para conseguir una reducción de la pena hasta ahora han sido en vano, y en la actualidad todavía está cumpliendo una sentencia de cadena perpetua en el Complejo Federal de Corrección en Allenwood, Pensilvania.
4. Joseph “El Animal” Barboza.
Joseph Barboza nació en New Bedford, Massachusetts en 1932. Nacido de inmigrantes portugueses, fue también un chef experto y era bien conocido por su auténtica cocina portuguesa. Incluso se graduó como chef y era un maestro en cocina francesa. Pero a sus veinticinco años, Barboza estaba fuertemente involucrado con la mafia de Nueva Inglaterra, realizaba asesinatos por encargo para la familia Patriarca.
Barboza se ganó su apodo de “El Animal” en un altercado que suena como una escena de Goodfellas. Mientras estaba bebiendo una noche, un anciano que no apreciaba su comportamiento crudo lo corrió del lugar. En represalia, Barboza le dio una palmada al hombre viejo en la cara. Tameleo Harry, un subjefe de la familia, le gritó a Barboza, diciendo: “Yo no quiero que vuelvas a darle una cachetada a ese hombre. Yo no quiero que toques a nadie con tus manos otra vez.” Así que Barboza mordió la oreja del hombre, y según algunas fuentes, masticó su mejilla también.
Barboza fue arrestado en 1966, pero al igual que muchos sicarios antes (y después) de él, La información que el “El Animal” podía proporcionar era más valiosa que su pellejo. Negociando su salida del apuro, Barboza fue capaz de escapar con una pena de prisión de un año por delatar a otros miembros de su organización.
Al final, el 11 de febrero de 1976, Barboza fue asesinado, a pesar de ser uno de los primeros criminales en utilizar el programa de protección de testigos. Fue asesinado por cuatro disparos de escopeta a corta distancia antes de que él tuviera la oportunidad de sacar su arma. Tal vez debería haber seguido en la cocina.
3. Roy DeMeo.
Roy DeMeo era el líder de la famosa organización DeMeo, una banda de asesinos a sueldo que mataba para la familia criminal Gambino. Entre 1973 y 1983, él y sus colaboradores asesinaron a entre 75 y 200 personas, principalmente a través del “método Gemini”, que DeMeo había desarrollado para disminuir el desorden de disponer de un cuerpo.
El equipo de DeMeo generalmente atraía a sus víctimas al Gemini Lounge, donde uno de los miembros (supuestamente casi siempre el propio DeMeo) podría disparar a la víctima en la cabeza con una pistola con silenciador y de inmediato envolver la herida con una toalla para detener el flujo de sangre. Después de eso, otro miembro de la pandilla apuñalaba a la víctima a través del corazón para reducir el flujo de sangre de la herida en la cabeza. Luego el cuerpo era colgado boca abajo en el baño para vaciar la sangre y más tarde desmembrado en lonas de plástico y enviado a Fountain Avenue Dump, en Brooklyn.
Este método tuvo tanto éxito que la mayoría de las víctimas del equipo nunca fueron encontradas. Sin embargo, en 1982, el FBI comenzó a sospechar sobre el número de personas que habían desaparecido en el salón Gemini y puso en marcha una investigación. Varios de los asociados de DeMeo fueron arrestados, y el asesino pasó sus últimos días en un estado de pánico constante, convencido de que él mismo sería asesinado – y tenía razón: su cuerpo fue encontrado en el maletero de un coche a finales de enero de 1983. Lo más probable es que fuera asesinado por miembros de su propia organización.
2. Giovanni “El Cerdo” Brusca.
Giovanni Brusca es un ex miembro Mafia siciliana que una vez afirmó haber asesinado a unas 200 personas. Nacido en Sicilia en 1957, Brusca comenzó a trabajar como chofer para el jefe de la facción de la mafia Corleone cuando tenía 20 años de edad. Lo apodaron “El Cerdo” por su apariencia descuidada.
Uno de los actos más horribles de Brusca fue el secuestro del hijo de 11 años de edad de un miembro de la mafia convertido en informante, torturó al niño por más de dos años en un esfuerzo por que su compañero mafioso se retractara de su testimonio. El niño fue asesinado más tarde y sus restos fueron depositados en ácido sulfúrico.
En 1992 Brusca asesinó al magistrado Giovanni Falcone, quien había iniciado una despiadada cruzada contra la mafia, también mató a la esposa de Falcone y varios de sus guardaespaldas, esto finalmente condujo finalmente a la detención de “El Cerdo” en mayo de 1996. El asesino de la mafia logró obtener un mejor tratamiento al actuar como informante, lo que causó polémica en Italia, con muchos de los parientes de sus víctimas raccionado con indignación por la cooperación del gobierno con el delincuente. En las confesiones de Brusca alegó que el ex primer ministro Silvio Berlusconi pagó a la mafia para tener las cosas “en orden.”
1. Richard “Iceman” Kuklinski.
Richard “The Iceman” Kuklinski es uno de los más prolíficos asesinos a sueldo que jamás hayan trabajado para la mafia. Después de haber quitado la vida por primera vez cuando tenía 13 años, afirmó haber cometido personalmente hasta 250 asesinatos.
El corpulento Kuklinski nació en un hogar abusivo en Jersey City, Nueva Jersey, en abril de 1935. Fue golpeado violentamente por su padre, quien supuestamente golpeó hasta la muerte a Florian Kuklinski, su hermano. Joseph Kuklinski el hermano mayor, también fue declarado culpable de violar y asesinar a una niña de 12 años de edad. Y Kuklinski mismo fue golpeado por su madre por haber fantaseado con matar a su padre.
Cuando era niño, Kuklinski asesinaba y torturaba sádicamente a los animales del vecindario como una forma de diversión, y sacaba su ira luchando y matando a los bullies locales. Trabajando como un asesino a sueldo para las familias del crimen en la década de 1950, acosaba y asesinaba a la gente que lo había ofendido para practicar sus habilidades y dominar su oficio. Kuklinski se ganó el apodo de “The Iceman”, porque a veces congelaba los cuerpos de sus víctimas para despistar a la policía que calculaban el tiempo que llevaban muertos.
El asesino de sangre fría fue finalmente detenido en 1986, basándose en el testimonio del agente encubierto Dominick Polifrone. Fue condenado a varias cadenas perpetuas consecutivas y murió en prisión en 2006, antes de que pudiera declarar contra el jefe del crimen Sammy Gravano.
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